28 de agosto de 2014

Uno nunca sabe

Me diste la opción de la salida fácil y la descarté. Preferí seguir con mi vida ñoña que sorprende a las personas por lo aburrida que parece ser. Preferí seguir haciéndome ilusiones acerca de lo que puede pasar si me quedo aquí, seguir encontrando miradas con una persona con la que la probabilidad de un futuro es menor que la probabilidad de que un día yo llegue a pesar 100 Kg.

Aunque uno nunca sabe.

La opción de salida difícil me tiene un poco harto, pero tiene sus ventajas, me siento más yo. No se trata de comodidad, porque tú me ofrecías "algo mejor", se trata de mí.

Me gusta ser el muchacho que no tiene llaves de su casa y que llega antes de las 10, el que no sabe nadar, tampoco manejar y que se emborracha con solo dos tarros de cerveza. Soy el que incrédulo se emociona con una sorpresiva sonrisa desconocida aunque sabe que no llegará a algo más que eso, una sonrisa.

Prefiero conocer acerca de historias fascinantes antes que ser el protagonista de una. ¿Está mal?

Además de todo, si algún día tengo una anécdota que me convenza de ser suficientemente fascinante para contarla, quiero que sea mi historia, no tuya.

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